lunes, 17 de octubre de 2011

Contra la corriente


Verborragia de fin  y principio de siglo. Entre el caos del encierro, Calamaro  volcó  sus 103 temas  en el primer box quíntuple de la historia del rock nacional.  Contra todas las expectativas del mercado discográfico,  “El salmón” se instaló en las bateas.   Las sesiones fueron sin horarios . La mayoría de las grabaciones fueron caseras,  realizadas en un portaestudio.  Las canciones tenían que plasmarse antes que se las robara el viento. Así, Andrés sólo se desvivía para componer  y grabar entre Buenos Aires y Madrid contando con la principal colaboración de su camarada, El Cuino Scornik.   
“El salmón” podría catalogarse como la creación a modo de protesta de un mundo  banalizado. Ante ese contexto,  Calamaro se resguardó en  su arsenal de canciones. Sus  influencias, tales como las películas   “Pánico y locura en las Vegas” y “Apocalipsis Now”, enfatizaron  su estado épico y bestial.
 Los cinco dedos, tal como los denominó  Calamaro a cada uno de los discos, son las nuevas  grabaciones encontradas del año 2000. Son una especie de  compilación que  reflejan  al artista.  Así, se  desnuda  destacablemente en sus facetas de compositor y productor.
Ya no son, sólo,  temas dedicados a sus  mujeres. Ahora, además, habla de ellos, los músicos  que como él  tienen  al rock encarnado en las venas. En “Somos feos” parece  disculpase  ante esa forma de vivir,  se justifica a través de las canciones, las cuales quieren darlo a conocer una y otra vez.  
Juega con la voz, con  los hits veraniegos, las poesías más íntimas y violentas. Ambiciona  a todos los  ritmos, tales como  el  rock and roll en su estado más puro, el pop, el tecno, el folklore, el mambo, el tango  y hasta en tono burlesco se acerca al metal en “Metálico Cha-cha”. Asimismo,  quiere darse todos los gustos posibles, es así que hasta vuelve a interpretar  “No se puede vivir del amor”.  A eso le sigue una larga  lista de covers de los Beatles, Yupanqui y  Discepolo entre tantos otros. 
En el desorden se encuentra oculta una  sintonía de mucho rock  de guitaras por sobre todo. No hay  pasos precisos para escuchar todo el box. Tal vez,  escucharlo de un solo tirón podría causarnos la sensación de asfixia. Por las dudas, es mejor irlo picando de a poco. 

Deborah Valado // 2008 

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