jueves, 15 de diciembre de 2011

Pareciera


Pareciera que no puede pasarle nada más afortunado a alguien que regocijarse en si mismo. ¡No hay cosa que les resulte menos problemático! Si partimos de una personalidad tan obsesivamente egocentrista y nos proponemos  encontrar un hilo descocido nos encontramos que no hay problema real, todo ya está resuelto. Creo que no hay mayor peso que eso…

Si entera y perfecta es la vida,
No hay nada más caótico
E involuntariamente desubicado
Que la muerte.
Y si hay alguna posibilidad
De que luego de ella haya “vida”,
No habría más que animales y plantas
En el cielo.
Seguimos en la historia
Y la teoría evolutiva
Nos dice que tampoco puede haber
Ese tipo de vida en el cielo.
Yo prefiero mis alas
Y mis palabras de algodón
Para llegar planeando
Hasta el sol.

¡Creole! ¡Creole! Ni el cocoliche esta en la Real-Lengua-Primer-Mundista. Y eso que al lunfardo no le sobran letras… Las jergas no tienen límites. Ni la mía. Es lo que las hace hermosas, la estructura llego para quedarse pero se olvido de subirse al colectivo. Se quedo en la calesita, está girando y girando y no puede agarrar la sortija. Por eso se amotino en el centro, orgullosa y banal. Egocéntrica. No le hacen falta letras, le hacen falta errores de ortografía. Miles.

Federico Secchi // 2011

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