martes, 20 de marzo de 2012

Soledad




Te esperé
toda una noche de abril.
Una noche
interminable.
Una noche
muy triste.
Cuando ya amanecía
yo me fui
hacia un sendero
muy lejano al tuyo,
un sendero
muy particular:
no había nada,
ni nadie estaba en él.
Ese sendero
era la soledad,
que ahora ya vive en mí.
Es tarde para volver,
ya no puedo salir de acá.
Ahora que estoy sola
te extraño un poco.
Pero la vida continúa.
y no me tengo que poner mal
porque se que seguiré
por siempre en este sendero.


Deborah Valado // 1998

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