martes, 24 de abril de 2012

Disciplina, Locura y Amor // Parte IV


     Aquello de lo que queremos escapar y, aún así, no queremos. Esa contradicción de ser, parecer, querer ser y al final no ser. Todo un trabalenguas que busca sentido allá donde lo simple debería emerger de una vez.  Ante  la ausencia de la pregunta ¿te gusta? , los pasos se vuelven cada vez más automáticos recorriendo la misma línea que tus padres, tus pares, tus antecesores,  delimitaron. Y allí te encontras, una vez más, bajo un mandato lejano a tu ánima. Pero, ¿cuál es el ánima de cada uno? ¿Acaso están libres de toda maldita construcción? No puedo saber muchas cosas, y ya debería a empezar a preguntarme menos y a accionar más. A abandonar esas ideas preconcebidas y lazarme un poco más a la vida. Pero en esa vida, llena de errores a veces me siento abandonada por los otros que yo no esperaba que lo hicieran. Es la espera, lo que duele, lo que marchita. Pero, esa fácil resignación al dolor, a la constante melancolía es el propio abandono a uno mismo.  Esas tres caras del abandono terminan repercutiendo  a la hora de la cena frente al plato de sopa fría y el ruido de los cubiertos luego del último bocado, pero tampoco hacemos algo, sólo prendemos el televisor y la vida parece continuar. 

Deborah Valado // Abril 2012

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