lunes, 9 de julio de 2012

Disciplina, Locura y amor // Parte VIII


Se van los 25 años junto a una parra de recuerdos que me constituyen. Intento hacer balances, pero no puedo sumar ni restar mis experiencias,  cada una fue singular, cada una fue parte para que hoy yo esté aquí. Lo que, al menos, puedo dar cuenta es que los momentos más lindos fueron aquellos en donde me escapé de las morales absurdas, me dejé llevar por el río de la vida, privilegié la corriente que transitaba y arriesgué cualquier otro momento.
Siempre me  fue complicado estar en el medio de voces que intentaron moldearme, miedos y más miedos quisieron que acumulara, pero yo sabía  -y sé-  que de esas represiones y presiones sólo obtendría muerte y vacío, por eso mismo, siempre intenté e intento construir mis espacios de libertad. 
Todas las intensidades tuvieron precios altos, no obstante, ahora no puedo arrepentirme, más bien  estoy agradecida de mis impulsos en búsqueda de alegrías por más que  - insisto- algunos caminos fueron muy sinuosos.  Aunque, tampoco puedo destruirme por completo hoy, ni menos dejarlo todo para mañana, tan sólo trato de transitar la moderación, aun así, admito que los desbordes son mi esencia.
En fin, no tengo certezas  de nada ni de nadie, yo sólo quiero vivir sin superficialidades entre plenitudes y sinceridades. Tal vez, soy muy ilusa, pero qué hermoso cuando se vive locamente!   Amo mi locura, la hago vital, la arrojo al mundo y vuelve a mí más linda que antes.  Yo no puedo -ni me interesa- hacer nada para que los otros entiendan mi mundo, allá aquellos que me señalen de loca despectivamente, allá aquellos que se crean superiores, allá aquellos que me vengan a decir sobre lo que desconocen.
Entre tanto, me  siguen invadiendo las preguntas acerca del mar de sentimientos, pero aún no quiero firmes respuestas, sólo espero y me ordeno que en estos 26 sea fiel a lo que siento! 

Deborah Valado // 9 De Julio 2012

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