miércoles, 29 de agosto de 2012

Esa


Esa obsesión de los poetas de raptar las palabras del árbol de la vida,
de extirpar la sabia más amarga para pintar
un paisaje oscuro que encante a la tristeza del alma,
esa mirada que encandila tus ojos para volverte más amigo,
esos tiempos en donde los tragos son los mediadores de nuestras conversaciones
para no caer al vacío de lo solemne,
esas mentiras que rozan tus labios
para suavizar los bordes de la distancia,
esa estructura maniqueísta que ponderan los obtusos
para encapsularnos cada vez más,
ese desencuentro en la sábana ajena
por no escuchar los entre de las pieles,
ese mundo que construyo con mis voces
es el que abarco con estos vocablos,
me silencio, escucho al mar, otra vez,
vuelvo a ser ese gnomo que hurta palabras. 

Deborah Valado // Agosto 2012

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